Icono del sitio Sinologic

Internet: La información eterna pero caduca

Me va a permitir el lector, aprovechar que estamos empezando el año para compartir una reflexión que he tenido estos días y que seguramente venga a colación de todo el baño de información basada en noticias, comentarios, redes sociales y demás sucesos que ocurren hoy día en el mundo. No me considero una persona puramente «local», de hecho me gusta estar enterado e informado de todo lo que ocurre en el mundo y para ello no sólo me conecto a redes sociales donde sigo a mucha gente con ideas y conocimientos muy diversos, si no que además busco continuamente información sobre aquello que desconozco para poder ampliar mis conocimientos, de ahí que haya visto algunas cosas y me haya animado a escribir algo ajeno a la temática de esa página. (una vez al año, no hace daño) 😉

Tendemos a pensar que todo lo que se publica en Internet quedará para la posteridad, nos negamos a pensar en la necesidad de ponerle una fecha límite, una fecha de caducidad a esa foto o ese artículo que escribimos porque algo en nuestro interior piensa que estará siempre ahí y que, si bien ahora es «actual», dentro de unos años podría ser útil si alguien buscase información y viera lo que escribimos entonces.

Por desgracia, uno de los grandes problemas de Internet tal y como está planteada hoy día es que, el contenido actual funciona tal y como planteamos, pero en contenido antiguo se estropea con el tiempo cual manzana. Quizá puede ser interesante de cara a tener un historial de qué fue lo que ocurrió en aquel momento, en aquel mes de aquel año, pero nos olvidamos de un detalle que lo cambia todo y, como la vejez, algo cambia y no siempre es lo que nos gustaría.

Una de las ventajas inherentes a Internet, una de las cosas más importantes de Internet y que suele pasar desapercibida, es su capacidad para enlazar contenido, saltar de una página a otra a través de enlaces que nos amplía la información sobre cierto contenido y nos invita a profundizar más sobre un tema del que se habla y desconocemos. Por desgracia, al cabo de unos años, esos enlaces no siempre están disponibles, la compraventa de empresas puntocom, los cambios de plataformas, las nuevas directrices en cuanto a SEO y posicionamiento web, están haciendo que Internet cambie su estructura cada cierto tiempo y lo que antes era un enlace a una web de contenidos, ahora sea un mensaje de error de página no encontrada que convierte a ese enlace en algo inútil y vacío en nuestro artículo.

Otro de los problemas es que, al igual que un artículo de calidad puede seguir siendo de calidad con el paso de los años y tiende a ocupar los primeros puestos en una lista de enlaces que aparece como resultado de una consulta en un buscador, no siempre esa página debe ser la primera, y a menudo obtenemos resultados que si bien contienen información relevante sobre los términos que estamos buscando, a veces esas páginas tienen demasiado tiempo y no son relevantes cuando buscamos algo actual.

Por si fueran pocos, además nos encontramos con uno de los problemas más grandes del momento actual, y es que hoy día se genera contenido nuevo más rápido del que se puede almacenar con la tecnología actual, y si bien la capacidad de almacenamiento crece casi exponencialmente y es capaz de guardar toda la información que publicamos hoy día (fotos, vídeos, archivos de datos, grabaciones, audios, etc.) la cantidad de datos que se generan (incluidas las copias de seguridad que duplican o triplican ese espacio necesario), crece exponencialmente mucho más rápido que la capacidad de almacenamiento, y eso tiene dos problemas:

Habrá un momento de colapso que impedirá guardar toda la información que se genere y, por lo tanto habrá que «limitar» el contenido, imagino que a través de un pago por esa capacidad necesaria (si no pagas, no lo guardo) lo que implica que las actuales nubes que almacenan nuestra información de forma gratuita o por un precio mínimo, además de empezar a exigir el pago por guardar nuestra información, también subirán los precios a medida que la información requiera de demasiados recursos. (momento en la que ocurrirá dicho colapso).

El segundo problema es el aumento inconmensurable de información, incapaz de manejar por una persona (hoy día yo mismo tengo tal cantidad de fotografías guardadas que se me hace prácticamente imposible -o muy difícil- manejar) así que imaginémonos dentro de unos años cuando las nuevas generaciones, profundamente digitales se dediquen a guardar datos de cualquier cosa de forma continua (cámaras de grabación continua, datos biométricos que monitorizan cada órgano de nuestro cuerpo y que nos avisan si hay algo que no está bien, generación de datos de intercambio necesarios para hacer simulaciones y adelantarse a nuestros hábitos y así predecir eventos y poder avisarnos, etc.)

Toda esa información, que se crea pero no se elimina, requerirá de un espacio donde almacenarse y un sistema increíblemente costoso de procesamiento que, aunque podamos costeárnoslo nosotros, pagaremos para que empresas especializadas lo hagan y nos eviten tener que instalar un datacenter en nuestra casa con máquinas funcionando 24 horas.

El futuro cercano es apasionante, con muchas novedades que nos facilitarán el día a día, que nos acercan a pasos acelerados a esos nuevos inventos que quedaron guardados a la espera de un momento mejor en el que la humanidad esté dispuesta a aceptar cambios sin escandalizarse, y con una profundidad de información en cada tema que nos interese, tal que convierta la innovación en algo no apto para personas individuales, si no sólo para equipos muy bien engrasados y ágiles.

El futuro lejano en cambio, puede ser algo bastante diferente a lo que tenemos pensado y parecerse más a las distopías de algunas películas, series y libros de ciencia ficción. Pensamos que queda mucho para entonces, pero lo que ocurra en aquel momento será la consecuencia de lo que hagamos en el futuro cercano, dicho de forma alegórica, sembramos ahora los frutos del mañana y por eso es tan importante lo que hacemos en nuestro día a día: qué defendemos, dónde compramos, qué utilizamos, qué ejemplo damos y qué consecuencias tendrá, no solo para el presente, si no para el futuro próximo y el no tan próximo.

Salir de la versión móvil