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Windows 10: La tentación es muy fuerte…

Microsoft lanza una nueva versión, como en las últimas 4 que ha sacado, parece que no va a haber más, que esta va a ser la última, la definitiva, una gratuita-y-única versión instalable en todo tipo de sistemas, desde móviles, pasando por tablets, gafas de realidad virtual hasta servidores en la nube, una única versión en todos los sistemas. Ya con tranquilidad, paciencia y algo de espíritu crítico, nos damos cuenta que los medios de comunicación hacen de las suyas y no son suficiente los alardes de los «evangelizadores» de Microsoft, si no que la propia prensa ya pone su granito de arena. Vemos que eso de una única versión tampoco es cierto, de hecho tendremos hasta 7 versiones diferentes de Windows 10. Que lo de «gratuita», tampoco… los precios rondarán los 120€ la versión básica pero que si actualizamos, el primer año será gratuito, pero luego sí que habrá que pagar.

No obstante, el artículo no está orientado a hacer una crítica de Windows 10 y que no es cierto todo lo que los rumores apuntaban, si no en dedicarle unos minutos a hacer una reflexión interesante, sobre la privacidad, seguridad y la tentación que tiene el hecho de ser el dueño de un sistema operativo que en apenas 2 años estará instalado en miles de millones de sistemas (entre móviles, tablets, portátiles, PC, etc…) y no incluir un código de 4Kb que permita acceder remotamente y de manera silenciosa a cualquier de estos sistemas, acceder a su cámara sin encender el led correspondiente, calcular posición y enviarla a un servidor nodo para monitorizar posición, velocidad, etc.

Seguro que más de uno me puede decir, ¿y qué le impide a Apple o a Google hacer lo mismo? Por supuesto, Apple podría hacer exactamente lo mismo en su nuevo IOS 9 y Google, podría hacerlo en cualquiera de sus servicios de Android cuyo código fuente no ha sido publicado, es más… la tentación es tan fuerte que posiblemente ya lo estén haciendo.

La NSA, FBI, CIA, … y demás organismos de inteligencia y seguridad tienen los poderes legales para exigir a estas empresas acceso remoto a cualquier sistema… aquí lo único que nos salva es la «filosofía de la hormiga», ser tan pequeño y silencioso que nadie nos va a espiar porque a nadie le importamos como para gastar recursos en hacerlo.

El problema viene con que la tecnología es global, las compañías pertenecen a los gobiernos y, tal y como nos enseñó Wikileaks y sus filtraciones de telegramas, los gobiernos se ponen de acuerdo para mover hilos en según qué intereses y no precisamente los de sus ciudadanos.

Volviendo a Microsoft y su Windows 10 ¿cuanto tiempo pasará antes de alguien anuncie la existencia de una puerta trasera back-door en Windows 10? Si no aparece, no será por que no sea algo muy atractivo y por supuesto,

Por supuesto, ahora que se conoce la fecha de salida de Windows 10, sin muchos los que se apresuran para poner en la red supuestas imágenes de Windows 10 RTM con troyanos y virus precargados para capturar información y reenviarla, enviar spam, así como autoinstalar demonios mineros de bitcoins… todo vale para el nuevo sistema operativo que seguro será todo un éxito, un gran despliegue de medios que hará las delicias de los expertos, un sistema perfecto pero que seguirá siendo vulnerable a virus, troyanos, gusanos y demás fallos que requieren de actualizaciones que duplican o triplica el tamaño del propio sistema operativo.

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